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Empresas del presunto líder rumano, continúan operando

Florian Tudor, presunto líder de la mafia rumana, también es señalado por la Unidad de Inteligencia Financiera por evasión fiscal al nunca presentar declaraciones anuales pero realizar transacciones millonarias a través de una serie de empresa que creó para lavar dinero, y que siguen funcionando con su socio y familiar Adrián Ninel Enachescu quien a pesar de tener denuncias en su contra en Rumania y México está libre en Cancún.

 

Mientras Florian Tudor pelea desde prisión su permanencia en México para no ser extraditado a Rumania en donde lo reclaman las autoridades, en Cancún sigue al frente de sus negocios el presunto narcotraficante rumano Adrián Ninel Enachescu y a quien la Unidad de Inteligencia Financiera ya bloqueó sus cuentas bancarias y denunció por lavado de dinero y delincuencia organizada.

 

De acuerdo a las indagatorias de la UIF a las que MILENIO tuvo acceso, la red de Florian Tudor se basa por un lado, en la creación de empresas junto con sus socios rumanos con quienes huyó de las autoridades de su país.

 

Adrián Ninel Enachescu a quien el Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) identifica como su primo o hermanastro y que a su llegada a México contaba con una orden de arresto en su país, llegó acompañado de otros presuntos delincuentes: Adrián Tiugan que ingresó con un pasaporte falso a nombre de Paul Daniel Ionete y con Emilian Civipitu.

 

Al igual que Florian Tudor, estos últimos dos personajes son identificados como evasores fiscales pues realizan movimientos millonarios y no presentan declaraciones anuales. Enachescu les ha pagado tarjetas de servicio por más de 400 mil pesos.

 

La investigación de inteligencia indica que los bancos mexicanos recibieron la alerta de que Tudor estaba denunciado por la Dirección de Investigación del Crimen Organizado y Terrorismo de Rumania por los delitos de prostitución forzada, fraude, narcotráfico y posesión de armas. Por lo que el rumano no pudo abrir más cuentas bancarias y operó a través de un grupo de empresas y sobre todo, de Ninel Enachescu.

 

La UIF inició la indagatoria tras un grupo de trabajo con el FBI quienes expusieron a las autoridades mexicanas las denuncias presentadas por estadounidenses sobre la clonación de sus tarjetas bancarias en las playas de Quintana Roo.

 

El sistema financiero identificó a Tudor como evasor fiscal pues nunca ha presentado declaraciones en los más de 10 años que ha vivido en México, pero constituyó empresas con las que hace movimientos y transferencias millonarias.