Desde su inauguración provisional el 30 de octubre de 2012, hasta su primer cierre de servicio el 12 de marzo de 2014, es decir en 17 meses, la Línea 12 del Metro nunca recibió mantenimiento preventivo ni de funcionamiento ni de seguridad, lo que tronó vías, trenes y la estructura de la obra.
La decisión fue tomada por el entonces director del Metro, Joel Ortega Cuevas, quien agravó la situación de la obra civil con la reducción de velocidad en la llamada Línea Dorada, acelerando el desgaste ondulatorio de los rieles, carros y piezas.
Así consta en los informes hechos por la empresa Systra en 2014 y en las bitácoras de mantenimiento y exhortos hechos por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (SNTSTC), que solicitaron al funcionario del gobierno de Miguel Ángel Mancera atender la problemática.