La Unidad Especial de Investigación y Litigación para el caso Ayotzinapa, en México, descubrió que el extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) realizó 40 grabaciones de interrogatorios en los que se observa a distintos funcionarios públicos torturar a testigos de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en 2014, con el propósito de fabricar e imponer la entonces llamada ‘verdad histórica’ de los hechos.
De acuerdo al medio local Milenio, que asegura que dicha información fue revelada por “funcionarios cercanos a la investigación”, las 40 grabaciones forman parte del “robusto expediente” que ha logrado construir el equipo que actualmente investiga el caso Ayotzinapa, y que ha determinado que las primeras labores para esclarecer el suceso sufrieron “manipulación masiva y sistemática” de las evidencias.
Estos interrogatorios, que se ejecutaron entre octubre de 2014 y enero de 2015, habrían tenido como propósito que los testigos y/o sospechosos del caso repitieran “la versión” del entonces Procurador General, Jesús Murillo Karam, y de Tomás Zerón de Lucio, que fungía como director de la Agencia de Investigación Criminal.
Los funcionarios dijeron que las investigaciones han determinado que hubo montaje de escenarios del crimen, fabricación de pruebas, destrucción o inutilización de evidencias, omisión de procedimientos y de líneas de investigación, indagatorias insuficientes o desestimadas, desprotección de lugares donde había elementos relevantes, intimidación de testigos, entre otras irregularidades.