El sepelio del periodista Armando Linares, asesinado el martes en Michoacán, se vio manchado luego de que un hombre amagó con un arma a los representantes de la prensa que cubrían el funeral, por lo que tuvieron que retirarse.
Sin discursos y con poca gente fue despedido el director de Monitor Michoacán, quien había denunció amenazas tras el homicidio de su compañero Roberto Toledo.
Luego llegaron cuatro sujetos, uno con el rostro cubierto con una gorra, quien amenazó con pistola a la prensa.
A la funeraria Los Ángeles solo llegaron cerca de 20 familiares, pero se retiraron pronto del lugar; más tarde la esposa e hijos de Linares hicieron lo propio.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, afirmó que la ley para la protección de periodistas es letra muerta, por lo que “se debe avanzar” hacia la consolidación del sistema.