, el más grande de su generación, ocupó su lugar entre los mejores de todos los tiempos el miércoles por la noche, cuando fue exaltado al Salón de la Fama del golf.
Tras su nombramiento como miembro del recinto, el astro compartió una historia de vida sobre su pasión por jugar y su ética de trabajo. Con esa fórmula, Woods está seguro de que se merece los honores. No habló de sus 82 torneos ganados en la Gira de la PGA, de sus 15 majors ni de las ocho cirugías a las que se ha sometido en el camino.
Woods fue presentado por Sam, su hija de 14 años, quien dijo que su padre suele predicar ese mismo mensaje ante ella y su hermano Charlie, de 13.
“Entrena duro y lucha fácil”, dijo.
Woods fue la figura más brillante de una generación que incluyó al excomisionado de la Gira de la PGA, Tim Finchem; a la tres veces campeona del Abierto de Estados Unidos, Susie Maxwell Berning, y a la fallecida Marion Hollins, una visionaria que se convirtió en la primera mujer que desarrolló campos reconocidos de golf.