Monterrey.- En Nuevo León, se registro un caso hace ya 14 años, un tribunal colegiado dejo sin efectos un caso en contra de Diego Santoy Riverol, que tenia una condena de 140 años de cárcel, el llamado asesino de cumbres, esto no significa que saldrá libre, permanecerá en el penal de Cadereyta, pero el 28 de febrero le dictaran una nueva sentencia tras el desahogo de nuevos careos.
Este es un recuento del caso;
La historia del asesino de cumbres inicio el 2 de marzo del 2006 en la calle Monte Casino de la colonia cumbres en Monterrey Nuevo León, donde el homicidio de dos menores y el intentó de homicidio de Érica Peña Coss, sembró al país.
Diego Santoy entonces un universitario de 21 años fue señalado como responsable del crimen, era ex pareja de Érica con quien había pasado dos años de relación, tras la ruptura Diego insistió en restablecer la relación, pero Érica se negó.
La madruga del jueves 2 de marzo del 2006 Diego ingreso con un pasamontañas y guantes látex, a casa de Érica, donde asesino a Erick de 7 años y María Fernanda de 3, también intento degollar a Érica, tras el crimen Diego huyo junto con su hermano hacia Oaxaca don destino a Guatemala, donde fueron detenidos en un autobús de pasajeros.
Después de admitir la responsabilidad Diego Santoy fue ingresado al penal, luego hablo de los asesinatos donde se le preguntó que porque había comentado los asesinatos a lo que le comento
“Por tonto, por miedo muchas cosas, miedo más que nada a Érica ese día, no sabría explicar, no sé, ese día estaba fuera de mi”.
Ahora desde la cárcel él se caso y tuvo hijos, por lo que él decide intentar salir después de 12 años de pasar en la cárcel.
El Tribunal Colegiado modificó la sentencia, después de que metió un amparo, pero no significa que él pueda salir de la cárcel, ya que no revoco la sentencia. Lo que se busca es una reducción de la sentencia, una búsqueda mas exhaustiva de pruebas necesarias para que dentro de su valoración se dé la culpabilidad sin que haya ninguna duda, respecto al procedimiento y a la valoración. Por lo que habrá un careo, entre un testigo con el inculpado, para determinar la participación o la forma en que se llevo a cabo.