El hallazgo de un hueso perteneciente a uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, la aprehensión de presuntos implicados en el crimen y la solicitud de extradición de funcionarios públicos que alteraron pruebas, son una muestra de que se ha roto el “pacto de silencio” que prevaleció durante varios años en torno a un caso emblemático que cimbró a México.
En esto coinciden tanto Omar García, uno de los jóvenes de Ayotzinapa sobrevivientes de los hechos ocurridos en Iguala el 26 de septiembre de 2014, y el abogado Francisco Cox, quien formó parte del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que desmontó la llamada “verdad histórica” ofrecida por el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, en torno al paradero de los jóvenes desaparecidos.
En entrevista con RT, García y Cox desmenuzan la trascendencia de que la Fiscalía General de la República confirmara el hallazgo de un resto óseo perteneciente a Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los normalistas desaparecidos.
Un hecho que, junto a la detención del narcotraficante José Ángel Casarrubias Salgado ‘El Mochomo’, señalado como uno de los principales responsables de la desaparición de los jóvenes, así como la solicitud de extradición de Tomás Zerón, extitular de la Agencia de Investigación Criminal y quien se encuentra prófugo tras ser acusado de alterar la evidencia del caso Ayotzinapa, representan avances importantes para esclarecer un crimen de Estado que generó una oleada de indignación y protestas en México.